lámparas azules



i

era así, el mar
y sus dientes arrecifes
la pálida tristura que escala

llegó con sus esqueletos
a mención de tortura
en el zurcido de los puertos

todo se cuela al mar
las pieles que resuenan al viento
ella erosión de su cuerpo

a distancia de telescopio
la cúpula sin celeste
mi barco sin  sextante



ii

abro puertas caracoles
me llega el mar a los oídos

gasto sombras desteñidas
en material para las redes
en barcas y atardeceres

muevo muros de arena
un paso otro paso otro más

hojeo los monstruos sumergidos
los fantasmas que oscilan
en un remolino la profundidad

hundo lámparas azules
un metro otro metro otro más

y nada hay



iii

todo desembarca al mar
el peso de los pasos
que traspasa el agua

el mar trae sus lejanos abrazos
aquel eco de su pecho
el oleaje infinito

el mar atrae
el ruido de su cuerpo en un beso
en el viaje lento de las ventiscas

ella que fue
el golpe sonoro de la noche
ella conforma
naturaleza artificial en las pupilas
ella que es
angosto vientre agosto

ella
quietud amante quieta
ella
la catedral celeste de mi sueño
ella
el reflejo de la mar en calma
ella

que el mar la trae en cada nudo



iv

llueve
tiembla el cielo por completo
y su palabra es agua

en su exterior
el agua se perturba
antes de nacer

llueve
se derrumba el mar entero
 y su palabra es tormenta

en su interior
la pupila se aclara
antes de morder

ojo hipnótico
ojo mandíbula
ojo costillar

el diluvio nos azota
sus fauces sal del oeste
sus manos marea de alambre

el sol encapsulado
ante la presión del agua
no despertará este día

hoy no la encuentro
el rumbo es un círculo perfecto
de largas velas



v

dijo, el mar, proveeré
porque en mayo
cualquier hombre es pescador

apresuro recuerdos míos
historias que ya no son mías
el tiempo que no espera

en la dinámica fiebre del agua
fosforescencia ella que se anega
cuerpo ella que arquea el aire



vi

su corazón era el mar
y yo fui tierra
y la contuve y me contuvo

ella fue el mar
y le concedía volumen a su ser
y le cedía su forma a mi cuerpo

pero cómo quisiera describir
con los modales del agua
las islas de su cuerpo



vii

duerme el sol
blanco sol blanca piedra
que se escurre

barco blanco
mi cuerpo barco
composición de astillas

duerme el mar
opaco cristal
que no entrega reflejo

pálido arrecife
que muerde al sol
y su espejismo

blanco sueño
blanco amor
blanco su recuerdo

blanca ceguera
el blanquecino abismo
de nosotros mismos

blanco vacío
la sombra caucásica
del mediodía

blanca mente
pulcritud de soñar
la nada

blanca quietud
blanca tristeza
blanca sombra
blanca el agua



viii

la arena una hoja y un muro
afiladas palabras enfiladas
material de muros contrafuertes
la vida que sostiene al mar

llega la noche
desnuda piedra
con desérticos faros
que se nublan

y el mar contenido
duerme en la arena
y el cuerpo un vaso
que saluda a los arrecifes

la fragilidad frente a los arrecifes

fundido
escondido
confundido
el mar en el cuerpo

y la memoria que se rompe en los acantilados



ix

y el sol caldera
que desnutre e iguala
aquello que le pertenece

y todo aquello que toca
hasta la condición del aire

y todo aquello al parecer invisible
se recupera y trastorna

en arena
que el mar transforma
nos transforma



x

la tierra es la escritura del mar
repaso su libro de historias
sobre la piel del mundo

aprehendo la naturaleza del agua
se trata de llegar eso es todo
siempre a algún lugar

la busco

y pulso el mapa de los desconocidos
en la marea de nubes
que comanda los cursos
a incontables puertos
que la memoria no conoce



xi

le hablo al mar
suponiendo respuestas

y escribo al mar
y el mar, no me conoce

y escribo al mar

y el mar, no tiene nombre