tus pies errantes

simplemente llegarás tarde, un día más. escondida desde la ventana te observaré, caminando por las calles oscuras de esta, nuestra odiada ciudad. los gatos te mirarán de lejos, y al pasar tú, se esconderán detrás de los farolillos, donde las libélulas, ya hace tiempo, apagaron su luz. en la avenida, se sentirán los pasos de aquel soldado proscrito que una vez abrió su pecho para recibir todas las balas. esperando en el cruce, habitará en ti una sombra arrojando las dudas de su propia soledad. la misma sensación cada día, el mismo silencio lleno de palabras; ninguna llegará viva a casa. tu mente traicionada perseguirá, como siempre en el trayecto, los caminos de la nada, el fango de los hombres que tremulan sus pensamientos entre las fibras del corazón. carne enternecedora, andante, llena de juegos y pasados hirientes, fuera de ti. podría yo entenderte, quisiera. a veces la vida se me junta con la poesía en la boca, y entonces dejas de ver mi mundo, mis pies flotantes. entonces, la sopa fría, tendida en la mesa ciega, y yo tirada en la cama, sin vestido, con las pupilas clavadas en el techo, disimulando la espera. la larga espera que nunca acaba. y siempre, desde la ventana, detrás de las flores marchitas, te seguiré observando, mecida en el hueco de tu ser.

xío xicarú