Fantasma

Encontré a Esteban en la calle de San Juan, frente a la iglesia; aún no eran las 5 de la mañana (recien salí de la cantina), pero él, no traía chamarra a pesar del méndigo frío que hacía. Me sorprendí al ver que yo tampoco traía. No lo habría notado si él no me lo hubiera dicho. Su camisa estaba manchada de sangre, aún húmeda, al parecer chorreaba de su panza. Recuerdo que hace mucho se armó un desmadre en la cantina del pueblo (nunca supe cual fue el motivo). Hubo golpes y no faltó quien sacara la pistola o el machete. Precisamente a Esteban le habían herido, el cuchillo le atravesó de lado a lado por el pecho; mientras, yo le veía, y casi sin mover la boca, me dijo: -Hace tiempo que no te veía, creí que habías muerto.- Le respondí que no, pero casi dudándolo.

Ro

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